domingo, 5 de enero de 2014

Un llamado a la reflexión


Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo
2 Juan 8

Estamos debutando un nuevo año, una nueva etapa. En el último sermón el Señor nos hablaba de la importancia de tener la presencia de Dios en nuestra vida. Ahora bien, ¿Que estamos haciendo con ella? En esta epístola tan corta, debuta el verso primero diciendo que esta carta fue escrita del Anciano a la Señora elegida.

Hoy tomaremos como figura al anciano representando al Dios todopoderoso y la señora elegida como la iglesia. Estos 19 versos, encontramos tres ideas principales, el amor la verdad y la obediencia con la cual debemos conducirnos.

Dios nos ha enviado al Espíritu Santo que sea nuestra ayuda; nos ha dejado Su Palabra para guiarnos; ha levantado entre nosotros ministerios para edificarnos los unos a los otros.

1- El deber del cuidado personal
Ha llegado una generación donde ya no se busca la intimidad con el Espíritu santo, ni la guianza por Su palabra, mas bien una generación que sigue, imita y se fija en los demás. A partir de eso, se juzga el estado espiritual de cada cual. Sin embargo, engañoso es el corazón mas que todas las cosas y perverso ¿quién lo conocerá?

"Mirad por vosotros mismos"
2 Juan 8

Este consejo del anciano es vital para una vida de éxito. Analizemos, reflexionemos como nosotros estamos en base a la Palabra de Dios. No fijándonos, juzgando, poniendo los ojos en los demás, sino puestos los ojos en Jesús el autor y el comsumador de la fe.

Debemos estar mirando por nosotros mismo, no siendo que habiendo sido heraldo para otros y al final yo sea descalificado. Jesús mismo dijo: ¿De que vale al hombre ganar el mundo y al final perder su alma? El reclamo de Dios para Israel fue que era un pueblo que honraba a Dios de labios pero su corazón estaba apartado de Él.

¿Por qué debemos reflexionar sobre nosotros mismos? Es para encontrar todas las áreas que debemos seguir perfeccionando en Dios. El peor enemigo del Hombre es el hombre mismo. Le echamos la culpa al mundo, a la carne, y nos olvidamos que somos nosotros quienes tenemos voluntad de hablar lo que no debemos hablar, de practicar lo que no debemos practicar, de ir donde no debemos ir.

A Satanás, Dios lo venció en la cruz del calvario. El ángel de Jehová está alrededor de los que le temen. No debemos perder nuestro tiempo reprendiendo a quien ya fue vencido. Hay gente que pasa viendo demonios 24h al día y en todas partes, pero no puede tomar un tiempo de verse a sí mismo y poner los ojos en Jesús.

El mundo por su parte, puede ser impactado por nuestro testimonio, por nuestro trabajo de dar a conocer su nombre. Que ellos se conviertan a nosotros y no nosotros a ellos. Pero en todo esto, Dios nos advierte porque hay un gran peligro.

2- Hay un peligro

"para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo"
2 Juan 8

Debemos trabajar para defender nuestra integridad con el Señor. Dios vela por nosotros. En el verso 4, dice que encontró a algunos que andan en la verdad. Llama mucho la atención que no es la totalidad. Significa que algunos no estamos en la verdad y andamos viviendo despiadadamente.

El verso 5 dice: ahora te ruego iglesia que permanescamos en amor, no solo hacia Dios, sino también hacia nuestros semejantes. Ese amor misericordioso, humilde, perdonador debe ser manifiesto entre nosotros cual sea la circunstancia.

En todo tiempo debemos velar por no perder lo que Dios ha hecho en nuestra vida, las misericordias de Dios que se renuevan cada día. Dios nos bendice cada día, nos ha sacado del anonimato, nos ha hecho prícipes, real sacerdocio, hijos de Él. Es tan valioso que por un descuido podemos perder el fruto de todos nuestros esfuerzos, del trabajo del Espíritu Santo en nosotros.

3- El deber de cuidarse de los engañadores

Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo.
2 Juan 7

Seguimos avanzando en esta marivllosa escritura, en el verso 7 nos previene que muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo. Con la tecnología comemos de diversos pastos, y muchos buscamos predicadores o ministros que se llaman ser del Señor que confortan nuestras debilidades, que confortan nuestro punto de vista de manera a evadir el vivir la vida cristiana tal como Dios manda en Su palabra: Santidad en espíritu, alma y cuerpo.

La iglesia moderna anda tras los milagros, tras las fuertes emociones, tras los que tienen dones de ciencia, esperando que Dios nos de un ministerio, nos haga un milagro, que vivamos algo que nunca hemos vivido. Pero ojo iglesia del Señor, no nos dejémos engañar porque muchos harían señales diciéndo ser enviados por Dios. La base es de cultivar una dependencia e intimidad con el Espíritu Santo, de cultivar una vida de amor.

4- El deber de cultivar el amor

5 Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros.
6 Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio.
2 Juan 5-6

Que versos mas potentes. Muchos vivimos con raices de amarguras, con indiferencias hacia nuestros hermanos. Nos ven mal y respondemos con una mala mirada. La sociedad nos incita a responder el mal con el mal, pero Dios te dice que debemos amar a nuestros enemigos, bendecir a los nos maldicen. Es el tiempo de hacer un cambio de 180 grados, para darle totalemente la espalda a la envidia, al rencor, al odio, al desamor y eres una nueva creatura en Él.


Debemos de luchar para mantenernos viendo a Cristo, la fuente de todo amor. Aprendamos a amarnos. Dios constituyó su iglesia de todas las naciones del mundo para que no haya racismo entre nosotros, ni clases sociales, ni niveles de intelectualidad. Lo que hay es un solo pueblo por quien Cristo murió en la cruz. El palo vertical de la cruz representa el amor vertical que debemos tener hacia Dios. Sin embargo, en los brazos de la cruz se manifiesta el amor horizontal que debemos tener hacia los hermanos.

¿Como estan nuestros sentimientos? Esta bien cuidarse del adulterio, del robo, de los grandes pecados. ¿Pero que del amor al prójimo? Somos uno en Cristo Jesús. Dios ha amado hasta los que andan en las calles, los mal olientos, porque son sus creaturas. ¿Quienes somos nosotros para decidir a quien Dios ama? El dio su amor por ti, por mi, por cada humano que ha venido a esta tierra. Su amor ahora es extendido en la faz de la tierra a través de cada uno de nosotros. Vivamos y andemos en amor.

Recordemos que el amor es la base Suprema del cristianismo


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