Eclesiastés 7:29
He
aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos
buscaron muchas perversiones.
La cirugía es una especialidad médica cuyo fin es curar las enfermedades
o malformaciones mediante una operación o intervenciones quirúrgicas. Partimos
hoy de la idea de una operación divina en el corazón del hombre que quita la
enfermedad, extirpa el pecado y purifica el ala mediante una cirugía que ningún
médico terrenal puede hacer.
El deseo de Dios y fue manifiesto desde la creación es que todos y cada
uno sea feliz. El hombre por naturaleza busca la satisfacción en medio de lo
que hacemos o nos movemos. De tal manera muchos buscan la satisfacción en los
bienes materiales o en los logros terrenales. Otros lo buscan en el matrimonio
o en la pareja, pero muchos llegan a cierta etapa donde se percatan que su vida
no le dio satisfacción.
El hombre cree que con todas las riquezas, todos los placeres, todos los
triunfos, todos los éxitos y renombres en la tierra puede alcanzar la
felicidad. La plenitud de la felicidad del hombre consiste en dejar una huella,
una marca que vaya más allá del hoy. El día en que partas, ¿Cuál es la huella
que dejaremos en esta tierra? ¿Será que podríamos dejar un recuerdo de alguien
que amó a Dios por encima de todo? O ¿Será que habremos ganado todo el mundo y
al final hayamos perdido nuestra alma?
Así el rey Salomón, después de haberlo probado todo se exclamó diciendo vanidad
de vanidades, todo es vanidad. En el capítulo 7 verso 29 de su libro Eclesiastés,
remarca que Dios hizo al hombre recto, pero
ellos buscaron muchas perversiones. El hombre puede discernir entre el
bien y el mal. No solamente tenemos instintos sino también podemos razonar,
reflexionar y a partir de allí poder encontrar la satisfacción.
El hombre en el huerto desobedeció a Dios y
desde entonces nuestra naturaleza tiende hacia el mal. La naturaleza pecaminosa
de Adán es transmitida de generación en generación. Hay una necesidad urgente
de que Dios intervenga en nuestra vida, para recuperar el estado en el que fue
creado por Dios: un estado de rectitud. Hoy tendremos una intervención
quirúrgica a corazón abierto, para que Dios trasplante en nosotros un nuevo
corazón.
Para ello, necesitamos entrar en el quirófano
del Señor.
¿De qué manera se hace esta operación? Para
acceder al órgano que ha de ser curado, intervenido y en el caso de hoy trasplantado,
se necesita hacer incisiones. La cirugía espiritual de hoy tendrá tres
incisiones: El arrepentimiento, el clamor a Dios y la llenura del Espíritu
Santo.
1 Incisión: El Arrepentimiento
31 Echad de vosotros todas vuestras
transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu
nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel?
Ezequiel 18:31
Debemos tomar acción en desechar, en
sacar de nosotros todas nuestras transgresiones con que hemos pecado. La
escritura nos recuerda que un poco de levadura leuda toda la masa. Para cortar con
el pecado se necesita verdadero arrepentimiento. Esto implica, darle la espalda
al pecado, apartarse totalmente de las transgresiones con las que hemos pecado.
En otras palabras, va mas allá del dolor o remordimiento, es una actitud que
lleva a un corte final con esas actitudes de manera a darle cabida a un nuevo
corazón. Una persona adicta al alcohol para ser libre debe primeramente reconocer
que tiene un problema y no ponerse en situación de riesgo. No debe entrar en
una cantina, ni comprar bebidas alcohólicas, ni mucho menos permanecer en
intimidad con las amistades que lo inducen a beber.
Veamos el ejemplo de rey David.
Luego de haber fallado ante Dios y haber tomado a Betsabé esposa de Urías el
Heteo.
3 Porque yo reconozco mis rebeliones,
Y mi pecado está siempre delante de mí.
Y mi pecado está siempre delante de mí.
4 Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.
Salmos 51:3-4
Imagínese, el dulce cantor de Israel, cuya alabanza
ya no llegaba al corazón de Dios. Quizá creyó que estaba bien, pero el profeta
Natán, enviado por Dios, le encara su pecado y le urge de un nuevo corazón.
Siendo el rey, David se humilla y reconoce que ha pecado ante Dios. Este salmo
remarca con qué sinceridad plasma el rey David su arrepentimiento. En vez de
buscar callar su pecado, entiende la importancia de reconocer su estado para
poder retomar el favor de Dios.
La primera incisión duele, porque implica doblegar
nuestro orgullo, dejar de lado nuestra reputación y venir humillado ante Dios.
2 Incisión: Clamor A Dios
El dulce cantor, cuando tocaba el
arpa, los demonios tenían que correr. Luego de su pecado, quizá ni una alabanza
le salía, quizá sentía ese vacío que mucho tenemos. Tuvo que exclamarse a
gritos. Me lo imagino en el piso llorando, quebrantado diciendo:
10 Crea en mí, oh Dios, un corazón
limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Salmos 51:10
Todos hemos nacido con un propósito. El rey David
reconocía que se había alejado del propósito. Descuidó su vida espiritual.
Necesitaba que Dios creara en él un corazón limpio y un espíritu recto dentro
de él. Una incisión dolorosa traducida en un clamor a Dios de lo más profundo
de tu interior.
3 Incisión: Llenura Del Espíritu
Santo
La operación aún no acaba. Se
necesita un implemento de fortaleza, que nos guíe a toda verdad y a toda
justicia: El Espíritu Santo. Por mas que se presenten las oportunidades de
pecar, el Espíritu Santo te ayudará, te traerá a memoria las porciones de la
palabra, te recordará que cada gota de la sangre del cordero, cada latigazo,
caso incisión de la corona de espina fue por amor a ti. ¿Cuánto no hacemos
sufrir el Espíritu Santo de Dios? El rey David sentía que su relación con Dios
había cambiado totalmente. Por ello escribe:
11 No me eches de delante de ti,
Y no quites de mí tu santo Espíritu.
Y no quites de mí tu santo Espíritu.
12 Vuélveme el gozo de tu salvación,
Y espíritu noble me sustente.
Y espíritu noble me sustente.
13 Entonces enseñaré a los transgresores
tus caminos,
Y los pecadores se convertirán a ti.
Salmos 51:11-12
Debemos revisar atentamente y con sinceridad
nuestra vida. ¿Qué impide que seamos un real impacto? ¿Por qué predicamos y
nadie se convierte? ¿Por qué si oro y vivo una vida que considero buena, vamos
de derrota en derrota? ¿Por qué nuestros hijos andan perdidos?
Cuando hay un corazón enfermo no podemos amar, ni
servir. En los hogares hay muchos corazones dolidos, con raíces de amargura,
por el maltrato, por la falta de cariño, porque todo es pleito. Falta el
Espíritu Santo, quién es paz, amor, justicia y benignidad.
Cuando has venido a Dios, el Espíritu Santo limpia
tu corazón, limpia tu casa. Pero, cuando echamos fuera al Espíritu Santo, contaminándonos
con el pecado, el enemigo ve por la ventana, ve tu corazón limpio, ordenado y
buscará entrar en Él. La casa está abandonada. Por ello, no debemos contristar
al Espíritu Santo. El salmista dice, no quites de mí tu Santo Espíritu, vuélveme
el gozo de tu salvación.
Una incisión llena de esperanza: la llenura del
Espíritu Santo.
4 Cierre De La Operación: Conversión
Real
Necesitamos voluntariamente
someterse a la dieta de cuidarte y el adoptar un nuevo modo de vida. Dios inmediatamente
al salir de quirófano, viene el brillo de Dios en tu rostro, la alabanza
nuevamente en tu boca.
32 Porque no quiero la muerte del que
muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis.
Ezequiel 18:32
Vas dispuesto a disfrutar la vida nueva que Dios te
da y disponernos a ya no mas andar en el mal.
¿ Quieres Ser Feliz?
Entra hoy al Quirófano de Dios. Arrepiéntete,
clama a Dios, pide la llenura del Espíritu Santo y decídete a vivir para Dios.
0 comentarios:
Publicar un comentario