40 Consolaos,
consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios.
2 Hablad
al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya
cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la
mano de Jehová por todos sus pecados.
3 Voz
que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad
calzada en la soledad a nuestro Dios.
4 Todo
valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se
enderece, y lo áspero se allane.
5 Y
se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la
verá; porque la boca de Jehová ha hablado.
6 Voz
que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces?
Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo.
7 La
hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová
sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo.
9 Súbete
sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz,
anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de
Judá: !!Ved aquí al Dios vuestro!
10 He
aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará;
he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su
rostro.
11 Como
pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y
en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién
paridas.
Isaías
40:1-11
El
tema del retorno de Ccristo es fundamental en la fe cristiana. El
arrebatamiento de la iglesia y en seguida la segunda venida de Cristo
conforman una columna en nuestra fe. La profecía que tomamos hoy,
tiene una triple referencia.
Primera referencia:Consolación del pueblo de Israel cautivo en Babilonia.Segunda referencia:Anunciación del profeta Juan el bautista quien vendría a preparar la encarnación de Cristo.Tercera referencia:Que a través de esta profecía entendamos que hay tres voces que anuncian el próximo retorno de Cristo a la tierra.
¿Porque
esto tiene una aplicación en estos últimos tiempos? El Señor deseo
alcanzarnos con esta palabra porque vendrían tiempos difíciles para
la iglesia. A nivel universal, en la iglesia se está viendo como el
espíritu de apostasía está cobrando terreno. La apostasía es
abandonar la fe de la cula un día predicamos.
En
estos tiempos, vemos como muchos predicadores están negando el
arrebatamiento de la iglesia. Muchos hasta se mofan de aquellos que
desean vivir en santidad, hasta se nos llama legalistas. Están
dejando de lado que Dios nos llamó a un cambio total en nuestra
vida. Jesús le dijo a Nicodemo: “Necesitas nacer de nuevo”.
Aunque tenía religión, era esencial “nacer de nuevo para ver
el reino de Dios”. Jesús le remarca una vez más e incluye “no
puedo entrar en el reino”.
La
doctrina debe conservarse. Somos luz. Una luz no se pone debajo de la
mesa. Al contrario, debemos diferenciarnos del mundo. Pablo dice que
somos cartas abiertas al mundo. Debemos
Estamos
también viviendo tiempos de escándalos espirituales. Satanás está
desplegando ese tipo de artimañas para que los que un día creyeron
se retengan en casa y abandonen la fe.
Igualmente
estamos en un tiempo donde hay frialdad espiritual. Facilmente
intercambiamos a Dios, el culto a Dios, por los placeres de la carne.
La frialdad hace que la gente no necesite congregarse, no necesite
comprometerse con Dios. Los apóstatas de hoy difunden el evangelio
que la salvación no se pierde. El mensaje a la primera iglesia de
apocalipsis justamente Dios condena que se haya perdido el primer
amor. Jesús mismo advirtió que por cuanto se multiplicaría la
maldad, el amor de muchos se enfriaría.
Esa
frialdad lleva a una indiferencia total a la lectura de la palabra, a
la oración, a la congregación a vivir una vida de santidad. La
indiferencia está matando la iglesia del siglo 21.
Por
su parte, esa indiferencia aumenta la predisposición a la guerra
entre hermanos. Ya no velamos el uno por el otro, sino estamos viendo
quien tiene mejor casa, mejor coche, mas grande ministerio.
Al
advertir estas señales, no es para que se cumpla en nosotros, sino
para que nos levantemos para hacer la diferencia. En todo tiempo de
crisis, hay un mensaje de esperanza.
En
este tiempo el Señor está diciendo, consuélate pueblo mío. Pablo
remarca que no es una alegoría, “Porque se sonorá la
trompeta”. Viene el tiempo de la redención.
1.
Primera voz: El Espíritu Santo
3 Voz
que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad
calzada en la soledad a nuestro Dios.
4 Todo
valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se
enderece, y lo áspero se allane.
5 Y
se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la
verá; porque la boca de Jehová ha hablado.
Isaías
40:3-5
La
práctica de los reyes de aquellos tiempos, es que cuando iban a
visitar un lugar, mandaban a personas no solo a preparar el ambiente,
sino tambien el camino, enderezar las calzadas, quitar los
obstáculos, allanar el terreno.
Estos
versos vienen a hablarnos de preparar nuestras vidas. El verso 4
habla de alzar los valles, eso significa levantar nuestro nivel
espiritual. Hemos dejado la vida de oración. Cuando nació la
iglesia primitiva estaban en constante oración. Ciertos espíritus
que no salen sino con ayuno y oración. Por eso muchos no avanzamos,
toda excusa es buena para no ayunar. Otros ha dejado el congregarse y
la lectura de la sagrada palabra. Levantemos nuestro nivel
espíritual.
Todo
monte y collado sea bajado se refiere al orgullo que muchos tenemos.
No recibimos de cualquier predicador. Ya tenemos seleccionados de
quienes si podemos recibir, a pesar que Dios habló mismo a través
de una mula. Debemos vivir en plena humildad dispuestos a recibir en
todo momento la palabra de Dios a nuestras vidas.
Lo
torcido por su parte, hace referencia a la desviación que muchos
hemos hecho al permitir prácticas pecaminosas en nuestras vidas. Nos
dificulta vencer la carne, los celos, las envidias, la murmuración,
la fornicación, la idolatría y todo lo que nos aparta de la
santidad de Dios.
Igualmente,
el Espíritu Santo hace un llamado a limar las asperezas. Debemos
restablecer la comunión entre hermanos. Es fácil de saludar a los
de nuestro clan, a los que amamos, pero cuan dificil es de amar aquel
que habla mal de nosotros, aquel que nos ha ofendido. En Cristo, no
puede haber diferencia por clases sociales, nivel educacional,
nacionalidad, color de piel, todos somos unos en Cristo. Ya no mas
guerra entre nosotros. Muchos hasta se atreven de hablar en nombre
del Espíritu Santo, pero Él no está porque odiamos a nuestro
hermano. Juan decía: “¿Como podemos amar a Dios a quien no
hemos visto y odiar a nuestro hermano?” Sin amor, no tienes a
Dios, porque Dios es amor. Olvidemos el pasado, olvidemos las
diferencias, olvidemos nuestros defectos. Busquemos la unidad,
practiquemos la caridad, el orar los unos por los otros, el
interceder por nuestros hermanos que caen en el camino y las almas
que necesitan salvación.
Cuando
todo esto se haga, vendrá la gloria de Dios. Se manifesterá la
grandeza de su gloria. Seremos un pueblo diferente. Hechos 2 dice que
al estar llena la casa de la gloria de Dios, la vida de los primeros
creyentes impregnadas de la gloria de Dios, “El Señor iba
añadiendo cada día los que tenían que ser salvos”.
Esa gloria no se queda en el templo, va con nosotros a cualquier
lugar que nosotros vayamos. Toda carne juntamente lo verá, dice el
verso 5, porque tu y yo somos portadores de la gloria de Dios.
2.
Segunda voz: Los predicadores
6 Voz
que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces?
Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo.
7 La
hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová
sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo.
8 Sécase
la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro
permanece para siempre.
Isaías
40:6-8
Aquí
el profeta representa a los que somos llamados a pregonar las buenas
nuevas de salvación. Es nuestro deber de anunciar que todo en este
mundo es pasajero, es vanidad. En un mundo tan materialista, es
necesario que elevemos una voz en este desierto. Una voz para
advertir, para hacernos reflexionar que estamos dedicando mas tiempo,
mas energía, mas pasión en el trabajo, en el afán de hacerse de
bienes materiales. Hemos puesto nuestro corazón en los tesoros de la
tierra.
No
estamos diciendo que no debes trabajar, ni ser una carga para el
gobierno, al contrario así con la energía que buscamos superarnos
en la vida, debemos poner aún mas energía y pasión por Dios.
Dedicarnos con fervor, con entusiasmo, con vigor, con abnegación a
la obra de Dios. Si enfermos vamos al trabajo secular, ¿como hoy un
pequeño malestar nos impide ir a la casa de adoración? Creemos en
un Dios que sana, que quita las barreras, entonces ¿porque Él paga
nuestras dolencias?
Los
predicadores están señalando lo transitorio de la vida. El tiempo
se está acortando y debemos aprovechar el momento en que estamos en
esta tierra para brillar, para iradiar la gloria de Dios, para llevar
salvación a los quebrantados de espíritu. Hasta los mas grandes
millonarios están dispuestos a pagar toda su fortuna para permanecer
en vida, pero esta vida es como la flor del campo.
3.
Tercera voz: La iglesia
9 Súbete
sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz,
anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de
Judá: !!Ved aquí al Dios vuestro!
Isaías
40:9
Nosotros
somos la anunciadora de Sión. Levantemos fuertemente nuestra voz, no
temamos y digamos: !!Ved aquí vuestro Dios! Seamos un reflejo del
carácter de Dios.
El
evagelio light, liviano, que muchos predican, al no creer en el
advenimiento de Cristo, que hoy no es malo emboracharse y olvidamos
lo dicho por el proverbista de no ver el vino cuando rojea, o
que no es dado a los reyes el beber el vino o Pablo que dice
no os embriagueis con vino en lo cual hay disolución. Es como
si quitaríamos páginas de la Biblia. Ojo de no caer en diluir el
evangelio. Aunque nos digan locos, fanáticos, legalistas, pero no
podemos quitar ni una tilde de la Palabra ya escrita.
Debemos
anunciar el evangelio integral, sin alterar ninguna de las
enseñanzas, porque la venida de Cristo está cerca. No podemos tomar
el riesgo de que por nuestra negligencia muchos se pierdan. Debe de
arder en nosotros la pasión de pregonar, de compartir el evangelio.
No importando nuestra edad, nuestra condición económica, es nuestro
deber de anunciar, de predicar, de llevar el mensaje de esperanza:
10 He
aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará;
he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su
rostro.
11 Como
pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y
en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién
paridas.
Isaías
40:10-11
Debemos
anhelar con pasión el pronto retorno de Cristo a la tierra. Cristo
viene a recompenzar, a apacentarnos, a darnos su eterno cuidado.
Levantemonos hoy y dile a Dios que enderece nuestro camino, levante
nuestro nivel espiritual, aplane nuestro orgullo, pero aún mas que
seamos un fiel reflejo de su amor.
¿Como
está tu vida espiritual?
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