domingo, 22 de junio de 2014

Un padre responsable

Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad en vano vela la guardia.
2Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, Y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño.
Salmos 127:1-2


En todas las épocas, el deseo de Dios es levantar un remanente santo que le adore en espíritu y en verdad.
Levantar una familia que experimente la maravillosa presencia de Dios viviendo en el centro de su voluntad.
Dios espera que cada uno de sus hijos, desarrolle una paternidad responsable, lo que equivale a ser un sacerdote del altísimo.
Engendrar un hijo es fácil, cualquier hombre sin problemas de infertilidad puede engendrar hijos, pero hablar, llevar una paternidad responsable es otra cosa.
En medio de la generación materialista que vivimos, muchos han confundido la paternidad responsable saturando la vida de sus hijos con cosas materiales, olvidando que como padres debemos amar a nuestros hijos y sacar tiempo para cuidarlos, enseñarles, corregirles e instruirles especialmente en el camino de Dios.
El privilegio de ser padre conlleva una función sacerdotal que permite al Señor habitar entre nosotros y traer a nuestra familia la armonía, la paz y la seguridad que necesitamos.
El jefe de cada familia debe desempeñar el papel de sacerdote familiar.
Veamos los tres deberes esenciales de un sacerdote.
1.    Servir a Dios en el santuario.
Santos serán a su Dios, y no profanarán el nombre de su Dios, porque las ofrendas encendidas para Jehová y el pan de su Dios ofrecen; por tanto, serán santos.
Con mujer ramera o infame no se casarán, ni con mujer repudiada de su marido; porque el sacerdote es santo a su Dios.
Levítico 21:6-7
Esto nos habla de nuestra comunicación personal con Dios, porque para servir en el santuario debemos llevar una vida que agrade a Dios y que sirva de ejemplo a nuestra familia, contar con una esposa que como ayuda idónea goce de un carácter ejemplar no contaminarnos con las costumbres paganas, ni tocar cosas inmundas.
Quizás alguien diga eso era para Aarón y sus hijos, pero antes del éxodo cada jefe de familia era el sacerdote del hogar y hoy 1ra de Pedro 2:9 nos recuerda que somos linaje escogido y real sacerdocio.
Una vida santa y pura y sin mancha nos permite honrar a un Dios Santo y nos da el respaldo moral y espiritual para tener una paternidad responsable.
2.    Enseñar la palabra de Dios
Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
Deuteronomio 6:5-9
Tenemos la responsabilidad de hablar, respetar y explicar la palabra de Dios a nuestros hijos, la mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos es la reverencia y el temor a Dios enseñándoles que lámpara es a nuestros pies la palabra y lumbrera a nuestro camino.

3.    La intercesión
E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos. Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.
Job 1:4-5
            Un intercesor es un mediador entre Dios y los hombres, Dios nos da el privilegio que a través de Jesucristo podamos llegar hasta el trono de su gracia, no solo por nuestras necesidades personales, sino también para bendecir nuestros hijos, pagar y clamar cada día por ellos, vivimos en medio de un mundo lleno de maldad, de corrupción de vicios y pecados y debemos levantar un vallado de protección alrededor de nuestra familia para que la influencia del pecado no los contamine, la maldad solo se puede contrarrestar con oración y clamor como lo hacía Job
Los más altos valores de la cristiandad pueden establecerse cuando entendemos la función sacerdotal que Dios nos ha dado en el hogar.
EL salmo 127:1-2 dice:
Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad en vano vela la guardia.
2Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, Y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño.
Salmos 127:1-2
Tomemos hoy la decisión de cumplir nuestro deber sacerdotal y dejemos que el Señor edifique y guarde nuestra familia y digamos como Josué 24:14-15
14 Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová.
15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
Josué 24:14-15
SI esto haces eres un padre responsable y sacerdote del altísimo.






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