domingo, 8 de septiembre de 2013

El proceso del Cristiano

Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora,
Que va en aumento hasta que el día es perfecto.
Proverbios 4:18

Se ha dicho que todo lo que nace, crece, se desarolla. Tanto las plantas, como todos los seres vivientes, tienen un proceso de desarrollo. Así un bébé que nace, se convierte en niño, luego en adolescente, en joven, en adulto, en anciano hasta llegar a la gloria, todos aquellos que han recibido al Señor en su corazón.

Un procesos es una acción de llevar adelante y desarrollar algo. En el día de hoy deseamos reflexionar en ese caminar, en ese desarrollo, en ese procesos que nos lleva a la madurez espiritual. Deben operarse en nosotros cambios, desarrollos, un crecimiento natural y saludable para nuestra vida espiritual.

Es deber de cada uno de nosotros permitir ese proceso en nuestras vidas. Efesios 4:13, nos dice que esto debe ser hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe. Podemos pasar años sentados en una congregación sin permitir ese desarrollo y hay un estancamiento en la práctica cristiana, en el propósito de Dios en nuestra vida. Sigue ese verso de Efesios, diciendo hasta que lleguemos al conocimiento de Dios. Al no permitir que esos cambios propios al proceso del cristiano, muchos no hemos conocido al hijo de Dios, ni su palabra, por eso cualquier situación de la vida nos hace volver atrás, volver a recoger todo de lo que Dios nos ha limpiado, liberado, prácticas que no corresponden a los que caminan en la vereda de Dios.

Dios desea que lleguemos a la altura de nuestro Señor Jesucrito. Esto significa, no de una perfección absoluta, sino que desarrollemos en nosotros el carácter de Cristo.

El profeta Jeremías nos compara con una vasíja hermosa admirada por todos, pero para llegar a ser hermosa tuvo un proceso para ser formada. En primer lugar se escoge la buena arcilla y luego se limpia de toda piedra o cuerpo extraño que puede dañar el producto final. Así Dios nos limpia de hábitos, de pensamientos, de palabras, de comportamientos, de malicia, de vicios, en fin, Dios el alfarero nos purifica para poder ser una arcilla perfecta.

Luego el alfarero le pone agua, semejante a la palabra de Dios, para asuavisar, para que el barro sea maleable para ser formado en la rueda. Luego de haber dado forma, debe pasar por una ultima etapa dolorosa, la vasija debe pasar por el fuego, para fijar, para que la vasija tome la fortaleza necesaria.

Nosotros debemos tomar ejemplo de Cristo, una vasija de honra, que siendo Dios, se sometió a un proceso doloroso por amor a ti y a mi. Por eso dice filipenses dos, se le dio un nombre sobre todo nombre, del cual toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor.

Para poder llegar a ser imitadores de Cristo, debemos meditar un su sublime carácter. Cristo fue integro. En el fuego de la prueba tres veces compartió como se sentía en la prueba, el peso moral y espiritual que sentía sobre Él. Los evangelios registran como su sudor se convertía en gotas de sangre, como en el Getsemaní se expresa al Padre pidiendole que pasara, si posible, de Él ese tormento. Pero que no fuese como Él quería sino tal cual era la voluntad del Padre.

En la prueba debemos recordar que nuestro destino es de brillar, debemos ser como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto.

La Biblia divide las personas en tres grupos. El enfoque de hoy es que podamos ver como en nuestra vida hemos pasado por los tres grupos o si nos hemos estancados en el proceso. No avanzamos, no crecemos, hablamos siempre de lo mismo, nuestra forma de pensamiento es la misma.

Primer grupo: El hombre Natural
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
1a de Corintios 2:14

Esta es la persona no regenerada. Vive lejos del área espíritual y por ende no conoce a Dios, no aprecia el evangelio. Para Él las cosas del Espíritu le parecen locura, no entiende las cosas del Espíritu. El ayuno le parece algo ilógico, el mover del Espíritu Santo en lenguas o danza le parece desorden, no entiende porque el vestir del cristiano debe ser distinto, puro, honesto y santo. Su interés son los valores terrenos, los placeres de la carne, el dinero, la fama, el no someterse a nadie.

Sin embargo, todo puede cambiar cuando uno se encuentra con el caballero de la cruz. Allí debuta el proceso. Nadie nace aprendido. Las aptitudes cognitivas, motrices y verbales deben ser desarrolladas en el niño, sino se convierte en una persona dependiente e incapacitada, aunque tiene las facultades para poder desarrollarse. Es un proceso de aprendizaje. Así, todo aquel que es llamado por Dios y

Segundo grupo: El hombre Carnal
 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,
porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?
Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?
¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor.
Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.
Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.
Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.
1a de Corintios 3:1-8

Esto es cuando tenemos conocimiento superficial de Cristo, pero también tenemos reacciones y comportamientos del hombre natural. Así como Nicodemo, un relgioso a quién Jesús le dijo que era necesario nacer de nuevo. Pablo le escribe a los corintios quienes, a pesar de ser llenos del poder de Dios, habían saltado etapas del proceso. La iglesia de Corinto es simbolo de la iglesia pentecostal moderna, llena del poder del Espíritu Santo pero en desorden. Personas que creyendo que poque habían hablado en lenguas se creían ministros, superiores. Por eso habían celos entre ellos, contiendas y hasta pecados deshonrosos.

Debemos de estar concientes que estamos en un proceso y no podemos quedarnos estancados en esta etapa. Podemos usa una palabra de autoridad y decirle al diablo BASTA! Debemos de desarrollar, porque mientras estamos allí Dios no puede cumplir su propósito en nosotros.

Imáginate si al orar un carnal Dios hace un milagro, se inflará de orgullo y se robará la gloria que solo le pertenece a Dios. Cuando impones manos, cuando oras por alguién, cuando predicas u ofreces cualquier servicio, debemos darle TODA la gloria a Dios. Aprender a ser humildes y de reconocer que así como cuando Cristo entró por la ciudad y le alababan, le saludaban con palmas y decían Hosanna al hijo de David, toda esa alabanza del pueblo era para el que iba sobre el pollino, no era para el pollino. Nosotros, debemos sentirnos privilegiados de ser canales de bendición, de ser instrumentos para su gloria, pero no gloriarnos en la carne, creernos lo que no somos. La palabra siervo significa el que sirve. En la modernidad, muchos usan ese vocablo para muchos ser servidos y puesto en lo alto. La gloria siempre y únicamente debe ser para Jesús!

El hombre carnal es el que no le tiene respeto a las autoridades espirituales, no le tiene respeto a sus compañeros de milicia, es aquel que desea que el mundo gire alrededor de él. Es rápido para hablar, para criticar, para murmurar, para juzgar. Se comporta como niño. Cuando las cosas no se hacen como él desea se encapricha y simplemente decide de abandonar el redíl o en medio de la prueba busca recursos en todas partes primero, en vez de venir a los pies de Cristo y depositar su carga a los pies de la cruz.

Tercer grupo: El hombre Espiritual
15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
1a de Corintios 2:15-16

La cima del proceso es el hombre espiritual. Este es el que juzga todas las cosas. Ojo, no dice juzga a los demás, sino que juzga todas las cosas. De detiene a reflexionar, a analizar, a pensar antes de hablar. No se presta a las trampas, a los lazos que el enemigo le tiende. Analiza si va a edificar, a levantar o a destruir con sus palabras, con sus hechos.

Este se encontró con Cristo, nació de nuevo por la palabra, es guiado por el Espíritu Santo y es libre toda inclinación sectaria. El espíritual trabaja en pro de la obra del Señor. Que si uno se pierde por causa de nuestra indolencia, la sangre de ese será sobre nuestra cabeza. Hace cuidado donde pone su pie, a que presta su oído, donde pone sus ojos.

El espiritual es como un cedro del líbano, como un árbol plantado junto a corrientes de aguas que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae. Dios te trajo a esta ciudad para ser puente de salvación en una sociedad llena de corrupción. El hombre espiritual piensa con la mente de Cristo. Amor sin límites, miesricordia eterna y pasión hasta la muerte.

¿Como puedo permitir que este proceso se realice en mi vida?
  1. Escudriñar la palabra – Juan 5:39
  2. Llevar una vida de oración – Mateo 26:41
  3. Practicar el ayuno – Mateo 17:21
  4. Congregarse – Hebreos 10:25
  5. Seguir la dirección del Espíritu Santo – Juan 16:13

Entra en el proceso y lograrás alcanzar el propósito de Dios para tu vida.

¿En que etapa del proceso estás?

0 comentarios:

Publicar un comentario