domingo, 22 de septiembre de 2013

Despojándonos de todo afán

25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Mateo 6:25-33

Uno de los temas centrales del mensaje de Cristo ha sido el establecimiento de su reino en la tierra. Cuando hablamos de reino, hablamos de un nuevo orden de gobierno. Este reino tiene como primicia la felicidad de cada uno de los que pertenecen a ese reino. Cuando entras bajo el gobierno de Cristo, independientemente de cualquier circunstancia hay alegría, contentamiento, de felicidad plena. Un reino donde cada uno es siempre bendecido porque la presencia de Dios está en nuestra vida.

Uno de los obstáculos mas grandes para disfrutar el reino de Dios en esta tierra, es el afán que tenemos para las cosas materiales. A ese obstáculo debemos echarlo fuera. Es una gran montaña que no nos deja ver el reino de Dios.

1. Jesús quiere que no nos afanemos
Por eso Jesús dijo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir.

El afán es de hacer mas allá de lo que debemos hacer. Es preocupación por cosas que causan ansiedad, tensión, presión, Cambio de ánimo o de carácter.

Hemos perdido el contentamiento con lo que Dios nos da. El afán lleva al hombre a hacer cosas en contra de la moral. No importa trabajar bajo la mesa aún recibiendo prestaciones sociales del gobierno que lo impiden, para otros no importa robar, matar o hasta engañar los que le aman. El satisfacer su propio deseo, sus anhelos que calmarán sus ansias.

2. Jesús quiere que busquemos su reino
El segundo verso de introducción remarca las palabras de impacto que tienen la llave del éxito: Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Muchos buscan a Dios como una alternativa en su momento de crisis. Sin embargo el texto bíblico indica que esa búsqueda debe ser antes que todo. La palabra primeramente implica que los que vivimos bajo el señorío de Cristo busca la voluntad de Dios ante toda decisión. Busca el rostro de Dios, se deleita, se regocija en Dios ante toda cosa.

Este verso es como si Jesús nos dijera vive bajo mi voluntad. No busques las añadiduras porque si vivimos bajo la voluntad de Dios no faltaremos de nada.

En cierta ocasión el evangelista Lucas registra una historia donde un hombre se le acercó a Cristo pidiendole que convenciera a su hermano de ceder su parte de la herencia. Está frente al dador de la vida y su preocupación es su herencia. Cristo tuvo que replicarle que no había venido a ser repartirdor de bienes terrestres. La misión de Cristo y de su reino es venir a darnos vida eterna, felicidad eterna. La raíz del afán es la Avaricia.

Si vemos la vida de Elvis Presley, quién Dios le dio su talento en una iglesia y comenzó a desarrollarse como ministro de alabanza, pero tuvo en poco lo que Dios le dio y quizo mas.

Un periodista le preguntó un día. Dime que deseas en la vida:
  1. Quiero ser rico
  2. Quiero ser célebre
  3. Quiero ser feliz

Luego de vario tiempo, el mismo periodista le preguntó, ahora que eres célebre y rico, eres feliz? Elvis respondió: Lo he alcanzado todo, pero me siento solo e infeliz, como un condenado al infierno.

Hemos tenido la oportunidad de escuchar el testimonio de Hector Delgado, antiguamente “El Father”, quién tenía todo lo que un jóven desea, pero había un gran vacío en su corazón. Ese vacío solo lo puede llenar Cristo. Es que la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.

Cuando vivía en El Salvador, uno de mis primos me mandó una fotos de un auto Mustang y juntos a las fotos una nota que decía ¿Cuando en El Salvador podrás comprarte un auto como este? En mi corazón se despertó el deseo de ir a Canadá para hacer dinero. Sin embargo, en cierta ocasión, asistí a una vigília unida donde tenía que llevar la dirección de alabanza. Al terminar el devocional, una hermana de otra iglesia que no conocía, se me acercó y me dio este pasaje:
23 Cuando te sientes a comer con algún señor,
Considera bien lo que está delante de ti,
Y pon cuchillo a tu garganta,
Si tienes gran apetito.
No codicies sus manjares delicados,
Porque es pan engañoso.
No te afanes por hacerte rico;
Sé prudente, y desiste.
¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas?
Porque se harán alas
Como alas de águila, y volarán al cielo.
No comas pan con el avaro,
Ni codicies sus manjares;
Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.
Come y bebe, te dirá;
Mas su corazón no está contigo.
Proverbios 23:1-7

Los motivos de mi venida no tenían que estar centralizados en el gane material, sino mas bien el propósito de un hijo de Dios que le es menester estar en los negocios de su padre celestial. Dios uso el conflcito en mi país para que saliera, pero ya no motivado por el dinero, sino simplemente en salvar mi vida y la de mi familia.

Cuando llegué a Canadá, país donde fluye leche y miel. Pero Dios me recordó por la voz de los evangelistas Carlos Angúlo y Ramón Padín: Has venido a vivir por fe. Duras palabras que me recordaron que mi propósito a venir a este país no era para buscar la materia, sino de expandir el reino de Dios y su justicia.

La esperanza del cristiano es de entrar a la morada eterna, cuando escúchemos decir: venid benditos de mi padre, entren al gozo de su Señor.

Dios está atento al clamor de sus hijos. Cual sea tu dificultad recuerda que Dios tiene cuidado de ti. Nuestra familia misma, ya no es la filial, la de la sangre terrenal, sino como Cristo mismo dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen.

Nosotros debemos liberar nuestro corazón de todo afán. Debemos aprender a depender de Dios. Nuestra seguridad y confianza debe estar en aquel que gobierna este reino, quien gobierna mi vida. Cristo Jesús, Rey de reyes y Señor de señores jamás nos dejará en vergüenza.

3. ¿Donde debemos comenzar el desojamiento del afán y la búsqueda del Reino de Dios?
Vayámos a Juan 3, a la historia de Jesús y Nicodemos. El maestro le dijo a Nicodemos que tenía que nacer de nuevo. Esto implica un cambio de mentalidad. Mismo si estás en una prueba financiera y la cajera se equivoca, lo justo y las reglas del reino es de devolverle y rectificarle su error. Dios no hace milagros dañando a otros. Dios es suficiente para hacer milagros creativos y proveyendote sin dejar en mal o en problemas de otros. El Reino de Dios es de justicia, de honestidad. Dios te da aún mas de lo que pides.

Nacer de nuevo es despojarnos de toda carnalidad, de toda mundanilidad.

1) Se establece una relación estrecha con el Señor.
Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo;
El que ande en el camino de la perfección, éste me servirá.
Salmo 101:6

2) Ver y entender las cosas espirituales y los misterios de Dios
3) Para conocer y experimentar el poder milagroso de Cristo, para vivir de nuestros propios testimonios y no el de los demás.

Para despojarnos de todo afán debemos aprender a confiar en Dios.
Gustad, y ved que es bueno Jehová;
Dichoso el hombre que confía en él.
Temed a Jehová, vosotros sus santos,
Pues nada falta a los que le temen.
10 Los leoncillos necesitan, y tienen hambre;
Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.
Salmo 34:8-10

Dios tiene cuidado de nosotros. En todo momento Dios suple nuestra necesidades. El te ama y está pendiente de tu vida.
25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;
29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.
30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
Mateo 6:25-33

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